Eso de que deberás armarte de valor y expresar tus ideas, ya lo sabes. Que todos temen es un hecho, ya lo has oído. Que si te encuentras con bostezos o burlas deberás insistir, también lo tienes claro.
Pero ¿qué ocurre si te aplauden?
Sucede que a muchas personas se les ocurre una idea, se la cuentan a la gente y todo el mundo te dice: "Oh, es maravillosa", y después se ocupan en otra cosa sin volver a pensar ni mucho menos trabajar nunca más en aquella idea que tanto gustó a la gente.
Es cierto que aquella frase constituye suficiente retribución. Te regalan esa pequeña pero significativa satisfacción de haber tenido una muy buena idea y todo el mundo crea que eres un mago.
Pero si nada más ocurre con esa idea, si no es de ayuda para alguien, si no se arregla, salva o produce, si no hace que mejore ni solucione algún problema, ¿para qué sirve?.
La verdad es ésta y es que no existe mayor diferencia entre tener una idea y no hacer absolutamente nada más con ella, y no tener ideas. Si realmente no piensas hacer algo con tu idea una vez que se te ocurra, es preferible que no la tengas, pues será una pérdida de tiempo y energía. De este modo será mejor que no le cuentes a nadie tu idea o derechamente no permitas que "Oh, es maravillosa" sea suficiente para que te conformes.
Sin duda que existirán muchas instancias en que tus ideas serán aplaudidas y comentadas, pero tu espíritu frente a esta situación debe ser lo más lejano posible al conformismo. Ese aplauso debe ser el gatillante en tu esfuerzo para comenzar ya mismo a ejecutarla. Esperar demasiado para empezar es siempre un camino equivocado en esta profesión.
Hay que empezar ya. Una vez que rompas la inercia y empieces a hacerlas rodar, las ideas toman vida propia y se introducen en terrenos creativos que jamás imaginaste. Crean oportunidades, sobrepasan barreras, saltan por encima de las objeciones y asombran a la lógica.
Si te quedas sonriendo demasiado en los aplausos, pierdes tiempo y alguien más que seguramente se mantenía en silencio pero trabajando, te gana en este competitivo terreno. Si no te comprometes hoy para que tu idea funcione, seguramente estarás lamentándote dentro de unas cuantas semanas y diciendo : "Si hubiera hecho tal cosa..."
No esperes los aplausos para ponerte a trabajar. Trabaja y estos llegarán solos.
Pero ¿qué ocurre si te aplauden?
Sucede que a muchas personas se les ocurre una idea, se la cuentan a la gente y todo el mundo te dice: "Oh, es maravillosa", y después se ocupan en otra cosa sin volver a pensar ni mucho menos trabajar nunca más en aquella idea que tanto gustó a la gente.
Es cierto que aquella frase constituye suficiente retribución. Te regalan esa pequeña pero significativa satisfacción de haber tenido una muy buena idea y todo el mundo crea que eres un mago.
Pero si nada más ocurre con esa idea, si no es de ayuda para alguien, si no se arregla, salva o produce, si no hace que mejore ni solucione algún problema, ¿para qué sirve?.
La verdad es ésta y es que no existe mayor diferencia entre tener una idea y no hacer absolutamente nada más con ella, y no tener ideas. Si realmente no piensas hacer algo con tu idea una vez que se te ocurra, es preferible que no la tengas, pues será una pérdida de tiempo y energía. De este modo será mejor que no le cuentes a nadie tu idea o derechamente no permitas que "Oh, es maravillosa" sea suficiente para que te conformes.
Sin duda que existirán muchas instancias en que tus ideas serán aplaudidas y comentadas, pero tu espíritu frente a esta situación debe ser lo más lejano posible al conformismo. Ese aplauso debe ser el gatillante en tu esfuerzo para comenzar ya mismo a ejecutarla. Esperar demasiado para empezar es siempre un camino equivocado en esta profesión.
Hay que empezar ya. Una vez que rompas la inercia y empieces a hacerlas rodar, las ideas toman vida propia y se introducen en terrenos creativos que jamás imaginaste. Crean oportunidades, sobrepasan barreras, saltan por encima de las objeciones y asombran a la lógica.
Si te quedas sonriendo demasiado en los aplausos, pierdes tiempo y alguien más que seguramente se mantenía en silencio pero trabajando, te gana en este competitivo terreno. Si no te comprometes hoy para que tu idea funcione, seguramente estarás lamentándote dentro de unas cuantas semanas y diciendo : "Si hubiera hecho tal cosa..."
No esperes los aplausos para ponerte a trabajar. Trabaja y estos llegarán solos.