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El poder de las palabras.

No es menos cierto que una de las más importantes y grandes áreas de la publicidad es la llamada Redacción.

A través de ella, es posible que logres traspasar tus más íntimas intenciones, tus deseos creativos, tus grandes ideas, y al comunicarlas en un texto publicitario, provoques a otros el actuar de una determinada forma.

Ese es el gran poder de las palabras. Y está ahí. Tan cerca.

No se trata de que escribas textos literarios ni poesía, sino frases fuertemente creativas y potentes, frescas e inteligentes, y lo suficientemente pegajosas como para que queden grabadas en la mente de las personas.

Aquellos redactores publicitarios, que se mantengan indiferentes a las ventas, muy difícilmente conseguirán el éxito como tal.

Si en verdad esperas convertirte en un buen redactor, debes desde ya entender y creer que a través de tus palabras, es muy posible que las personas se sientan interesadas en leer lo que escribes, tal vez creerán a ojos cerrados todo lo que dices, y sin duda alguna, actuarán como les pides.

Debes tener fe en tus palabras, ya que ellas moverán mañana el mundo.

Debes estar conciente que los buenos textos consiguen inevitablemente la atención de las personas. En ellos, deberás comunicar aquella gran idea que tienes en tu mente, y persuadir al lector a creer firmemente que es relevante para sus vidas.

El final esperado debiera ser que el lector asuma un antes y un después, luego de conocer tu texto.

¿Todo eso suena muy bien, no?

Pero para llegar a tal instancia, deberás corregir tus pasos. Deberás centrarte claramente en que quieres decir y a quien. Deja los rodeos de lado. Se honesto.

Déjate llevar por la pasión de las palabras y diles exactamente lo que quieren oír. Tu texto debería ser lo suficientemente cercano como para que las personas sientan que lo que haces es una amena charla con ellas. Logra que confíen en ti.

Por que pudiese ser que digas los datos correctos sobre tu producto, pero si no hay pasión, creatividad, frescura, inteligencia y confianza en tus palabras, estas no serán oídas.

Debes buscar el modo correcto de tocar el interior de las personas, de modo que tus palabras no sean otro aviso más en el mundo, sino el más honesto consejo de un amigo que quiere lo mejor para todos.

Si ya sabes todo eso, es hora que de comiences a escribir.