Quien no ha visto en mas de alguna ocasión el spot del tipo cool rasurando su cara, y la bella mujer que besa su suave y recién afeitada piel. La marca da igual pues ese recurso ya lo han usado varios, tanto afeitadoras como after shaves o cremas.
Incluso, mas de alguno, o bien todos, han visto comerciales de dentríficos usando como respaldo el clásico equipo de profesionales que con tecnología de fondo, dan el visto bueno a la magnífica pasta.
Y ejemplos de este tipo son variados.
La verdad es que todo esto y otros más, son un claro ejemplo de los llamados estereotipos publicitarios.
Lamentablemente, hoy en día nos vemos expuestos en nuestro trabajo creativo, a que nuestras primeras ideas o primeras luces de una imagen para nuestra campaña, sean influenciadas por los estereotipos clásicos o iconos de determinadas situaciones, lo que nos termina encerrando en el mismo círculo de lo ya realizado, solo variando en la forma, pero lamentablemente, con el mismo fondo o esencia.
Incluso para nosotros mismos como publicistas, tal como nos muestra el video, nos vemos expuestos a ser estereotipados dentro del concepto de “artista” “incomprendido” entre otros.
Pero radica en cada uno de nosotros, tomar muy en cuenta este recurso de antemano, para saber que es necesario siempre dar una vuelta más a nuestras ideas. Es cierto que en muchas ocasiones nos llegan ideas geniales, y nos parecen tan buenas, que queremos plasmarlas de inmediato y tal cual como nos llegan a nuestra mente, sin filtro alguno.
Pero que pasa cuando notamos que esa brillante idea ha utilizado un recurso ya usado muchas veces. Vaya lío.
Y es que no hay duda que siempre existirá el riesgo de ocupar ideas que ya han sido utilizadas en otra parte del mundo. Pero la invitación es a trabajar un poco más.
La publicidad es algo más que convencer. Es algo más que persuadir. Es también entregar confianza al consumidor con un mensaje fresco y nuevo. Y para aquello deberás filtrar un poco más tus trabajos. Dar una hora más, quizás dos o las que sean necesarias para seguir trabajando y saber ciertamente que tu idea es algo nuevo y distinto a lo ya realizado, pudiendo comunicarlo finalmente al mercado, sin la gastada necesidad de utilizar perros de fotogramas, niños con gorras de lado ni afeitados perfectos.