En primer lugar, dejemos una cosa clara: el 99% de todo lo creado por los seres humanos es basura, lo que significa que menos del 1% de cualquier cosa (incluyendo anuncios y reflejos de creatividad) es excelente. Soy muy exigente, así que nunca me he sentido realmente contento con nada, incluyendo los trabajos por los que soy más conocido. Teniendo en cuenta que no me siento satisfecho al menos el 99% de las veces, podría pensarse que no soy un director creativo muy bueno ni un ser humano muy equilibrado.
Sin embargo, creo que ese 1% restante compensa todo el dolor.
Más cosas sobre mis matemáticas personales.
El 10% de todo es bueno, el 60% de todo esta dentro de la media, el 20% de todo es malo, el 9% es terriblemente horroroso y alrededor de un 1% es infumable.
Creo que estas estadísticas pueden también aplicarse a los seres humanos. El objeto de la gestión es ayudar a la gente media a hacerlo mejor que la media y proporcionar a las personas excelentes la mayor oportunidad de conseguir para conseguir la excelencia.
A propósito del genio, éste puede ser más escaso que la excelencia. Los genios deben dejarse a su aire para hacer lo que tengan que hacer, asumiendo que podemos dejar que permanezcan en el barrio, por que no siempre se quedan durante mucho tiempo.
David Ogilvy dijo que deberíamos contratar a caballeros con cerebro. Por supuesto, eso era cuando teníamos a 10 empleados por cada millón de dólares de facturación. Hoy en día, debido a las aglomeraciones que se han llevado la mayor parte de nuestro negocio, no nos podemos permitir a más de un cuarto de persona por cada millón de dólares. Así que mi sugerencia es cambiar la política y contratar a imbéciles con talento. Es más difícil convivir con ellos, pero consiguen más beneficios que las damas y los caballeros.
Como evitar el pozo de alquitrán.
El deber de todo escritor es evitar la desaparición de sus clientes. Sin embargo a veces, el lanudo mamut insistirá en sumergirse en el pozo de alquitrán. Es cálido y parece seguro por que muy pocos depredadores se atreverán a seguirle. Tu instinto deberá hacer todo lo posible por salvarlo, pero en ocasiones, debes dejar que se sumerja en él, con la esperanza de salvarlo más adelante, cuando sea consciente de donde se ha metido.
He aprendido a nunca rendirme con un cliente.
La única excusa para renunciar a un cliente es si el insiste en arrastrarte con él al interior del pozo del alquitrán.
Como norma general, hay que ver la relación en perspectiva. De vez en cuando tendrás a malos creativos y equipos de cuentas a tu lado, así que es responsabilidad tuya ser consciente de ello y ser duro para cambiar la plantilla cuando no funciona. En algún momento, con la suficiente confianza y éxito, puedes ayudar a los clientes a corregir sus propios errores de plantilla. Pero en la mayoría de los casos, deberás esperar hasta que ellos mismos descubran sus propios errores. Al final, deberás jugar con las cartas que tengas. La incompetencia de los clientes no es ninguna excusa para una mala actuación de tu parte. Debes hacer todo lo que puedas para sacarlos del pozo de alquitrán y llevarlos a la verde colina en donde puedan prosperar y multiplicarse.
La publicidad es de forma bastante literal, contaminación.
La respiramos sin cesar, de forma que buscar una válvula de escape está, sin duda, a la orden del día. De hecho he oído como algunos clientes piden anuncios que no sean demasiado “rompedores” por que lo principal es no meterse en problemas. Quieren hacer un programa responsable, gastar una cierta cantidad de dinero que entre en los parámetros establecidos en su negocio o industria, conseguir éxito al final del año y seguir con sus vidas.
El objetivo real de estos clientes es conservar sus empleos.
Sin embargo, como norma, las mejores marcas tienden a incluir a los altos cargos de la empresa en el proceso de crear anuncios.
Si encuentras a un Steve Jobs, Paul Presler, Tom Ford, Phil Knight o Fred Smith tienes la carrera asegurada por que, incluso cuando estas empresas poseen estructuras elaboradas, tal como las obliga su tamaño y éxito, mantienen un espíritu emprendedor que busca la excelencia en todo momento.
Y si nosotros, pobres humanos, podemos movernos de 1% a 1% en todo lo que hagamos, tenemos la carrera y la fama aseguradas.
Originario de California, Steve Hayden empezó su carrera en Detroit, escribiendo para Generals Motors. Al volver a california, Hayden dividió su tiempo entre la publicidad y los guiones de televisión. Perfeccionó su oficio en Toyota en la agencia Clinton E. Frank, luego en Mazda en Foote Cone & Belding, hasta que Jay Chiat se fijó en uno de sus anuncios y lo contrató. Hayden abrió la oficina Chiat Day en New Cork en 1980 y en San Francisco en 1981. con Lee Chow, hizo historia en publicidad con la creación del famoso anuncia de televisión “1984” para Apple. En 1986, Hayden fue nombrado presidente y director ejecutivo de las operaciones de la costa Oeste de BBDO. Allí, ayudó a Apple a conseguir la mayor cuota de mercado de su historia, mientras triplicaba el tamaño de su agencia al conseguir trabajos de Pioneer Electronics, Northop-Grumman, Pizza Hut y Dodge, entre otros. En 1994, Ogilvy invitó a Steve a asumir el recién creado cargo de “Comisario de Marca” para IBM. En 2001, fue ascendido a vicepresidente de la agencia internacional para actuar como socio creativo de Shelly Lazarus para las marcas mundiales.
El 10% de todo es bueno, el 60% de todo esta dentro de la media, el 20% de todo es malo, el 9% es terriblemente horroroso y alrededor de un 1% es infumable.
Creo que estas estadísticas pueden también aplicarse a los seres humanos. El objeto de la gestión es ayudar a la gente media a hacerlo mejor que la media y proporcionar a las personas excelentes la mayor oportunidad de conseguir para conseguir la excelencia.
A propósito del genio, éste puede ser más escaso que la excelencia. Los genios deben dejarse a su aire para hacer lo que tengan que hacer, asumiendo que podemos dejar que permanezcan en el barrio, por que no siempre se quedan durante mucho tiempo.
David Ogilvy dijo que deberíamos contratar a caballeros con cerebro. Por supuesto, eso era cuando teníamos a 10 empleados por cada millón de dólares de facturación. Hoy en día, debido a las aglomeraciones que se han llevado la mayor parte de nuestro negocio, no nos podemos permitir a más de un cuarto de persona por cada millón de dólares. Así que mi sugerencia es cambiar la política y contratar a imbéciles con talento. Es más difícil convivir con ellos, pero consiguen más beneficios que las damas y los caballeros.
Como evitar el pozo de alquitrán.
El deber de todo escritor es evitar la desaparición de sus clientes. Sin embargo a veces, el lanudo mamut insistirá en sumergirse en el pozo de alquitrán. Es cálido y parece seguro por que muy pocos depredadores se atreverán a seguirle. Tu instinto deberá hacer todo lo posible por salvarlo, pero en ocasiones, debes dejar que se sumerja en él, con la esperanza de salvarlo más adelante, cuando sea consciente de donde se ha metido.
He aprendido a nunca rendirme con un cliente.
La única excusa para renunciar a un cliente es si el insiste en arrastrarte con él al interior del pozo del alquitrán.
Como norma general, hay que ver la relación en perspectiva. De vez en cuando tendrás a malos creativos y equipos de cuentas a tu lado, así que es responsabilidad tuya ser consciente de ello y ser duro para cambiar la plantilla cuando no funciona. En algún momento, con la suficiente confianza y éxito, puedes ayudar a los clientes a corregir sus propios errores de plantilla. Pero en la mayoría de los casos, deberás esperar hasta que ellos mismos descubran sus propios errores. Al final, deberás jugar con las cartas que tengas. La incompetencia de los clientes no es ninguna excusa para una mala actuación de tu parte. Debes hacer todo lo que puedas para sacarlos del pozo de alquitrán y llevarlos a la verde colina en donde puedan prosperar y multiplicarse.
La publicidad es de forma bastante literal, contaminación.
La respiramos sin cesar, de forma que buscar una válvula de escape está, sin duda, a la orden del día. De hecho he oído como algunos clientes piden anuncios que no sean demasiado “rompedores” por que lo principal es no meterse en problemas. Quieren hacer un programa responsable, gastar una cierta cantidad de dinero que entre en los parámetros establecidos en su negocio o industria, conseguir éxito al final del año y seguir con sus vidas.
El objetivo real de estos clientes es conservar sus empleos.
Sin embargo, como norma, las mejores marcas tienden a incluir a los altos cargos de la empresa en el proceso de crear anuncios.
Si encuentras a un Steve Jobs, Paul Presler, Tom Ford, Phil Knight o Fred Smith tienes la carrera asegurada por que, incluso cuando estas empresas poseen estructuras elaboradas, tal como las obliga su tamaño y éxito, mantienen un espíritu emprendedor que busca la excelencia en todo momento.
Y si nosotros, pobres humanos, podemos movernos de 1% a 1% en todo lo que hagamos, tenemos la carrera y la fama aseguradas.
Originario de California, Steve Hayden empezó su carrera en Detroit, escribiendo para Generals Motors. Al volver a california, Hayden dividió su tiempo entre la publicidad y los guiones de televisión. Perfeccionó su oficio en Toyota en la agencia Clinton E. Frank, luego en Mazda en Foote Cone & Belding, hasta que Jay Chiat se fijó en uno de sus anuncios y lo contrató. Hayden abrió la oficina Chiat Day en New Cork en 1980 y en San Francisco en 1981. con Lee Chow, hizo historia en publicidad con la creación del famoso anuncia de televisión “1984” para Apple. En 1986, Hayden fue nombrado presidente y director ejecutivo de las operaciones de la costa Oeste de BBDO. Allí, ayudó a Apple a conseguir la mayor cuota de mercado de su historia, mientras triplicaba el tamaño de su agencia al conseguir trabajos de Pioneer Electronics, Northop-Grumman, Pizza Hut y Dodge, entre otros. En 1994, Ogilvy invitó a Steve a asumir el recién creado cargo de “Comisario de Marca” para IBM. En 2001, fue ascendido a vicepresidente de la agencia internacional para actuar como socio creativo de Shelly Lazarus para las marcas mundiales.