Mucha gente se pregunta que es el "Naming".
El naming es la base, la raíz de cualquier empresa. Es el nombre de la marca, es aquella palabra que concentra todo lo que se quiere ser para una empresa, su personalidad, sus valores, sus sueños. Al igual que cuando tienes un hijo te rebanas los sesos en busca de ese nombre que acompañará a tu hijo a lo largo de su vida, en el caso de su empresa es igual de importante.
El naming es la creación del nombre de marca.
La palabra que constituye la identidad verbal de la marca y concentra en pocas letras un conjunto de valores y beneficios, una personalidad y una promesa y que, en definitiva, sintetiza toda la vivencia que el consumidor experimentará.
El naming es la base, la raíz de cualquier empresa. Es el nombre de la marca, es aquella palabra que concentra todo lo que se quiere ser para una empresa, su personalidad, sus valores, sus sueños. Al igual que cuando tienes un hijo te rebanas los sesos en busca de ese nombre que acompañará a tu hijo a lo largo de su vida, en el caso de su empresa es igual de importante.
El naming es la creación del nombre de marca.
La palabra que constituye la identidad verbal de la marca y concentra en pocas letras un conjunto de valores y beneficios, una personalidad y una promesa y que, en definitiva, sintetiza toda la vivencia que el consumidor experimentará.
Un buen nombre es la base sobre la que se asienta toda la arquitectura de la marca. Y es el encargado de transmitir la primera impresión positiva al público.
El naming es un arte complejo.
Los registros de marcas están saturados. Cada día aparecen docenas de marcas nuevas. Los mercados tienden a globalizarse. Y el nombre debe ser capaz de transmitir en este contexto un mensaje potente y distintivo.A pesar de todo, un buen nombre fortalece la identidad y la distintividad de la marca.
Aumenta el impacto y la eficacia de las campañas de comunicación. Incrementa el reconocimiento y la notoriedad de la marca. Y consigue que una compañía se revalorice. Una buena denominación debe ser flexible, distintiva, creíble, coherente, notoria, evocadora, legible, pronunciable, simple, registrable… Ello obliga a que el proceso de creación del nombre deba ser acometido con rigor, siguiendo unos principios válidos, por parte de expertos y siguiendo una metodología probada.
A primera vista, puede parecer una tarea que requiere una gran inversión. Aunque, comparándolo con los presupuestos de diseño, publicidad, promociones o desarrollo de una Web que suelen destinar las empresas, resulta ser un precio muy pequeño para algo tan relevante, duradero y valioso como es el nombre de la marca.