Baudelaire describiría en uno de sus tantos escritos, que la genialidad es como recobrar la niñez por voluntad propia.
En el fondo, lo que intentaría decirnos, es que si es posible que regreses al encanto de la niñez, es mucho más posible que puedas saborear la genialidad.
El adulto tiende a vestirse de manera ordenada y formal y mira para ambos lados antes de cruzar una calle. El niño anda descalzo y juega en la calle. El adulto piensa mucho, tiene demasiadas preocupaciones y se encuentra atado por tanto conocimiento, limitaciones y reglas. El niño es inocente y libre, no sabe lo que puede o no debe hacer. Vive el mundo en el momento y tal como es.
Si pretendes ser más creativo, será muy aconsejable que permanezcas en parte como un niño, con la creatividad, inventiva y capacidad de impacto que los caracteriza, antes de ser deformados por la sociedad adulta.
Para los niños no existe una última vez. Cada vez es la primera, y así, cuando andan explorando ideas, se aventuran en un territorio fresco y original, un territorio sin reglas ni fronteras y que promete por cierto infinitas oportunidades.
Los niños no tienen bloqueos por que no conocen el antes. Solo saben sobre el ahora y cuando buscan la solución a algún problema, lo hacen siempre de una manera original. Rompen las reglas por que no saben que ellas existen. Hacen cosas extrañas que logran inquietar a todo el mundo, hablan fuerte y cantan donde deben mantener silencio, golpean y palmotean la mesa al comer, solo por que desean hacerlo. Pintan arboles de color naranja y cielos verdes, y dibujan cohetes de colores que se posan sobre las nubes.
Estudian cuidadosamente cosas que a nosotros nos parecen comunes y corrientes: una hoja, una cuchara, una moneda y se asombran con cosas que a nosotros nos parecen obvias. Y siempre preguntan, preguntan y preguntan.
Es hora que dejes que aflore el niño que hay oculto en ti. No debes sentir miedo. Casi todas las grandes agencias del mundo premian a quienes llegaron con nuevas ideas, y una forma de lograrlo es pensando como un niño. De modo que la próxima vez que tengas que resolver o encontrar una idea, pregúntate como lo resolverías si tuvieras 6 años.
A la hora de trabajar en tus campañas, libérate un poco. Come un helado en tu computador, dibuja con muchos lápices de colores y pinta incoherentemente tus ideas. Desocupa los cajones de tu escritorio y deja las cosas en el suelo un par de días. Has dibujos en la ventana con plumones, canta canciones del recuerdo en la ducha, diviértete.
Olvídate de lo que había antes. Rompe las reglas. Sé ilógico. Has tonterías. Sé libre. Sé niño.